Amadas y odiadas a partes iguales las famosas Tecnologías de la Información y la Comunicación, más conocidas como “Las TIC” forman hoy parte de nuestro día a día y ya sea como profesores o como padres suponen un reto para nosotros en cada una de sus facetas. Porque, si bien es cierto que pueden resultar de gran utilidad, requieren a la vez una gran responsabilidad y capacidad por nuestra parte para hacer de ellas un uso crítico, ya sea en el ámbito social o educativo.
La llegada del COVID-19 fue un antes y un después en nuestras vidas y puso de manifiesto su utilidad y lo necesarias que podían llegar a ser: el teletrabajo, las clases online, las videollamadas con amigos y familiares, las compras por internet, el menú del bar en QR para evitar el uso de papel … Gracias a las TIC pudimos seguir “conectados” al mundo que nos rodeaba y, por si aún quedaba alguna duda, nos dimos cuenta de que definitivamente nuestra realidad y la forma de comunicarnos habían cambiado por completo.
Por todos estos motivos y por muchos otros, se hace imprescindible el uso de las TIC en la educación, aunque cabe destacar que utilizarlas va mucho más allá de saber utilizar un IPAD. Trabajar mediante las TIC es educar en su uso, aprender y enseñar a ser críticos y responsables con todas las posibilidades que presentan: demostrar a nuestros alumnos y a nuestros hijos que con el IPAD o el móvil hay vida más allá de Instagram o que TikTok no solo sirve para ejercitar nuestras habilidades como bailarines, sino que, incluso, puede sernos de utilidad para el día a día en nuestras aulas.
Como profesores y como padres, esto nos exige una formación constante ya que la realidad de las TIC es cambiante y avanza a la velocidad de la luz. Así que dejemos de ser unos “haters”, como se diría en la jerga de Twitter, y aceptemos que las TIC no son el enemigo, sino más bien el futuro y por eso dominarlas y conocer sus posibilidades es todo un regalo para nuestros alumnos.
Escrito por Begoña Calabuig. Profesora de Secundària del Departamento y Lenguas.
